Altibajos

Sofía: Santiago estuvo en el NICU por 7 largos meses. Yo no tuve una noche de buen descanso en todo ese tiempo.

Mi esposo, Javier, y yo teníamos que turnarnos para que alguien pudiera estar en casa con nuestra hija. Ella preguntaba si nos estábamos divorciando porque nunca estábamos en casa juntos y no hacíamos las cosas divertidas que solíamos hacer en familia.

Javier intentó regresar al trabajo dos veces, pero las dos veces Santiago se enfermó de nuevo y tuvo que irse. Fue difícil para nosotros, con todos los gastos imprevistos, como los viajes al hospital de ida y vuelta todo el tiempo.

En casa, sólo esperábamos que sonara el teléfono con malas noticias del hospital. Todavía no puedo silenciar mi teléfono después de una noche en que su corazón se detuvo y mi teléfono estaba en silencio.

Fue agotador. Pero el personal del NICU celebraba cada pequeño paso que dábamos, y eso nos ayudó a superar los malos días.

Dara: El NICU fue una montaña rusa de emociones. Algunos días era como dar dos pasos hacia adelante y al día siguiente, cinco hacia atrás.

Ni siquiera recuerdo todos los detalles. Yo sé que estábamos intentando ayudar a Steven, pero no puedo evitar preguntarme si él sufrió.

Tratábamos de recordarnos a nosotros mismos que debíamos dejar de lado lo que queríamos y enfocarnos en lo que era mejor para él. Noté que él necesitaba mucho apoyo para estar donde estaba, que ni siquiera era una buena situación.

En un punto, supimos que él no iba a mejorar. No queríamos que sufriera más. Sabíamos en nuestro corazón que él no tendría una buena vida. Teníamos que dejarlo ir. Yo estuve lista antes que mi esposo, pero finalmente él también llegó a la misma conclusión. Nos sentimos aliviados cuando Steven estuvo por fin en paz.